Con la celebración
de la Visitación de la Virgen a su prima
Santa Isabel, termina el mes de Mayo, dedicado a María.
Además
de esta solemne fiesta, que prevalecía sobre la de Jesús Sumo y Eterno Sacerdote, se impartió el Sacramento
de la Santa Unción
Sacramento de la unción de los enfermos es cuando se le da una gracia especial a los enfermos o ancianos, fortaleciendo y reconfortando al cristiano debilitado por la enfermedad, o la vejez y lo prepara para el encuentro definitivo con Dios.
Como
los demás sacramentos, fue instituido por Jesucristo aunque no consta un
momento preciso en el que lo hubiese delegado. Se suele indicar que el texto de
la carta de Santiago como contexto de la función y efectos del sacramento:
"¿Está enfermo alguno entre vosotros? Llame a los presbíteros de la
Iglesia, que oren sobre él y le unjan con óleo en el nombre del Señor. Y la
oración de la fe salvará al enfermo, y el Señor hará que se levante, y si
hubiera cometido pecados, le serán perdonados" (St 5, 14-15).
Hasta el Concilio Vaticano II, al sacramento se lo conocía con el nombre de extremaunción, puesto que sólo se lo administraba in extremis, es decir, ante la inminencia de la muerte. El cambio de sentido impuesto al sacramento por el Concilio, responde a la necesidad de poder asistir o pedir por la salud de los enfermos para que el Espíritu Santo los acompañe y reconforte.
El óleo utilizado en este rito también es
conocido como: óleo de los enfermos.
El rito, para el cual se utiliza óleo
bendecido cada año en la Misa de Oleos, consiste en hacer tres veces la señal
de la cruz en la frente y en cada una de las manos del enfermo. Mientras se lo
unge, el sacerdote repite la siguiente fórmula:
“Por esta santa unción y por su bondadosa
misericordia, te ayude el Señor con la gracia del Espíritu Santo. Para que,
libre de tus pecados, te conceda la salvación y te conforte en tu enfermedad.
Amén.”
Pocas personas mayores acudieron a la Unción, a mi madre la acompañamos y se emoción , ya que hacia tiempo que no iba a Misa.
La emocion en los ojos de los presentes
El Coro, contribuyó a la solemidad de la misa y ceremonia.
Al final, la Virgen de la Encina, que estuvo
todo el mes abajo en la zona del evangelio, se acercó a las personas que habían
recibido el Sacramento y en medio de gran emoción y con el canto de la Salve,
entonada por el Coro parroquial, se traslado su camarín.
DMC
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