He
pasado unos días en Baños. ¿Vienes para
la Feria me decían? No, no. Tuve un asunto, una reunión en Madrid y estando allí,
venir a estar con mi madre, es lo que más deseo.
Llegue
casi al unísono con el regreso de la
Virgen, el día de la Romería. La pude acompañar hasta la Parroquia.
Y
aunque el motivo principal, por no decir único es estar con mi madre, siempre
tienes unos momentos para salir.
La
Sierra, que tanto me atrae y que en esta época, después de tanta lluvia, es una
preciosidad, una belleza, un relax y todo un jardín.
Las
olivas, para ver esos olivo cuajados de flor, con la esperanza de que cuaje y
que haya buena cosecha de aceituna para este año.
Santa
María y el castillo, callejeando.
San
Mateo y Jesús del Llano, con su espiritualidad,
los recuerdos, los sentimientos.
Pude
asistir a la Fiesta en el Santo Cristo y
al inicio de la Procesión.
A la
Virgen de la Encina, me dirigí una mañana. Jesús del Camino, las flores, el
Santuario, tan solo y vacío; tan atractivo en otros tiempos, lugar de peregrinación
para cumplir promesas, y hoy…
Y sobre
todo mi madre. Sus recuerdos, sus canciones, su viveza, su vitalidad, sus
plantas, su alegría de vivir. Es una gracia de Dios y que Él la guarde.
DMC.
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