El domingo se va perdiendo en la lejanía, iluminado con una espectacular luna, luna de fuego, que aunque sensacional, es blanca y maravillosa.
Misa dominical y desayuno con churros y café con leche. Baño, comida sencilla de sobras y casi terminando de comer llegan los sobrinos desde Las Galletas; baño de tarde hasta que el sol se ha puesto en la piscina y cansados estamos pendientes de la luna y no salimos. Mañana será otro día
DMC.
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