El púlpito era un elemento fundamental en las Iglesias y en las Catedrales, para que los sermones y pláticas pudieran ser bien escuchadas por los fieles asistentes a las Misas y otros actos litúrgicos. Con la llegada de la megafonía la utilidad ya no era algo fundamental y la verdad es que se utilizan poco, pero se mantienen como piezas artísticas, que podemos admirar todos al entrar en las Iglesias.
El papel jugado por los púlpitos ha sido muy importante. En la actualidad, prácticamente ha desaparecido y casi no se utilizan. Su función la han sustituido atriles situados en un lateral del altar mayor, y la moderna megafonía. Pero durante siglos el púlpito o los púlpitos, ya que en catedrales, colegiatas y grandes iglesias, solía haber más de uno, fue el lugar desde donde se predicó la doctrina de la Iglesia y se dirigió la liturgia.
Solían estar formados por una pequeña plataforma rodeada de un antepecho, el ambón propiamente dicho, y un dosel sobre ella que impedía la pérdida de la voz hacia las bóvedas, por lo que recibía el nombre de tornavoz. El púlpito se encontraba elevado, dominando generalmente la nave de la iglesia, y se accedía a él a través de una escalerilla. Aunque los hay de obra, especialmente los antiguos, a partir del siglo XVI se construyen en madera, hierro forjado o de ambos materiales y están exentos como en el Santo Cristo.
En Baños son tres los existentes, en la Iglesia de San Mateo, en el Santo Cristo y en la Virgen de la Encina.
El de la Iglesia Parroquial de San Mateo es un bello ejemplar barroco con plataforma octogonal y complicado pie, hecho de mármoles de colores con aplicaciones embutidas; la escalera es de mármol rojo artísticamente trabajado, con adorno triangular en su frente y balaustre terminado en macolla poliédrica.
La rejería de forja desmerece del conjunto y una lápida vertical junto al pie lleva la siguiente inscripción parlante: “ME HIZO A SUS EXPENSAS Y DEVOCION EL SR. LCDO. DN. FRANCISCO CHARIDAD VILLALOBOS, PRIOR DE ESTA IGLª. AÑO 1746”. Este insigne párroco dejó a lo largo del siglo XVIII, a costa de su peculio, importantes mejoras en el templo, siendo la principal la del crucero.
Hace muchos años se corrió la voz de que se quería quitar el púlpito “porque quitaba vista al Altar Mayor”. Si eso llegó a ser cierto, era una autentica barbaridad. El púlpito está en el sitio idóneo, es de magnifica factura y de la época de la ampliación. No había altavoces y desde el crucero en grandes solemnidades, se proclamaba la epístola y el Evangelio y se predicaba.
El pulpito en muchas ocasiones se cubría con un paño del color de la liturgia y otro de encaje blanco por encina, de los que hay en el guardarropa de la Iglesia. Yo espero que algún día podamos volver a ver, el pulpito revestido con toda solemnidad y usándose de vez en cuando, solemnemente para la dedicación.
El del Santuario de Jesús del Llano, el Púlpito está realizado en hierro forjado y dorado sobre un pedestal de mármol negro abalaustrado, de gran prestancia y belleza. Presenta buen estado de conservación, señala el informe previo a la restauración del Santuario y sin duda los pequeños repintes y suciedades, quedaran en todo su esplendor
En el Santuario de la Virgen de la Encina, como se ve a simple vista , el presbiterio está a mayor altura, que la nave central y por el se accede al púlpito sostenido por balaustre de jaspe y desde luego mas sencillo, pero también de buena factura. Es deseo de muchos bañuscos, que este Santuario pueda volver a estar dedicado al culto a la Patrona de Baños, la Virgen de la Encina, no solo el dia de la Romería, sino todo el año. ¿Dificil? Todo es posible con la ayuda de Dios y de su Madre.
DMC.
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