SE ACERCA LA NAVIDAD

En Santa Cruz de Tenerife, y en todas las Islas Canarias, no es el frío el que nos anunciando, la llegada de la Navidad. Se “desangran” los turrones en los escaparates, y vemos a los turistas que en esta época llegan en oleadas, en los grandes trasatlánticos, en pantalón corto, y en “camisilla” por la ciudad, además de seguir las playas llenas.

Te das cuanta de la llegada de la Navidad, cuando una mañana, ves que lo operarios municipales han sembrado el centro y los barrios con mas de cien mil flores de Pascua y el día 1 de diciembre se inaugura el alumbrado extraordinario, y los grandes Belenes, de gran tradición, como es el del Cabildo de Tenerife, con mas de veinte años sin faltar a la cita.

Las calles y plazas lucen de otra manera, el reloj de flores del Parque Garcia Sanabria, que cambia de flores según la estación, esta precioso, y toda la ciudad anuncia la Navidad del Niño Dios.

El Cabildo ha engalanado su fachada y es un ir y venir para ver el Portal de Belen, que estará abierto hasta el día 6 de enero.

Este año, realizado por el artesano José María Mesa Martín, que ha realizado las figuras y todo el Belén, tenemos la oportunidad de contemplar un portal asentado en el ambiente rural de finales del siglo XVIII y XIX, con la arquitectura y los oficios propios de la Isla en aquellos tiempos.

Don Ricardo Melchior, Presidente del Cabildo, señala en el folleto que “La conmemoración de la llegada del Redentor, supone unos de los eventos mas emocionantes y entrañables de cuantos tienen lugar a los largo del año. Un acontecimiento de tanta trascendencia representó el inicio de una era marcada por un mensaje de amor, de esperanza y entendimiento entre los seres humanos. Esas enseñanzas impartidas por Jesús ha supuesto también el sustento de nuestras creencias y la base de nuestras tradiciones”.

El Portal es una belleza y una enseñanza. Centrado en el Portal, con la Virgen, el Niño y San José, están los Reyes en adoración con sus presentes, al lado una parranda, le tocan al Niño, y todo alrededor, los oficios típicos, peluquero, cestería, ceramistas, la típica “ventita”, donde se hace la compra.

Caras, trajes, utensilios varios y con todo detalle, la piedra de la casa, el del suelo, los pimientos secándose, las naranjas chinas, como se les llama a las mandarinas, la ropa tendida. Todo evoca una manera de vivir los canarios en aquellas épocas.

DMC.

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