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15 noviembre 2010

JUAN DE LAS VACAS

Mi recuerdo de la parte posterior del embalse de Rumblar, es muy antiguo. Recuerdo de pequeño, ir con mi padre a pescar, a pasar el día en los veranos, donde, se formaba un microclima, con el rio y un arbolado que se juntaban las copas. La ladera era, uno de los criaderos mas impresionante de espárragos de piedra.

A final de agosto, ya el tiempo más fresco, se iba a “lavar la lana. Los novios, próximos ya a celebrar la boda, para el verano, habían comprado lana en bruto,  en aquellos tiempos había muchas ovejas en el pueblo,  se reunían las familias y amigos, a pasar el día de campo, de “juerga”.

En el camión de Columpios se cargaban las calderas, las trébedes, las sartenes para el arroz y da damajuana de vino y la cerveza, así como el pollo, el conejo  y las viandas que se iban a compartir.

Se encendía el fuego y se metía la lana, ya con el agua hirviendo, que con largos palos se removían. Los hombres mientras preparaban la comida y los aperitivos. Esta lana, servía para que en las tardes de invierno la novia y sus amigas se reunieran para abrir la lana y así mullida, irla metiendo en el colchón novial.

Las crecidas del embalse, que hizo que rebosara el aliviadero, produjeron graves destrozos en el lateral de la sierra y en el rio, teniendo que tomar decisiones de seguridad, ya que podría peligrar incluso el muro. Así se fue modificando la salida del vertedero el túnel (un año el chorro tenía más de 40 metros, que destrozaba todo) y los aliviaderos, hasta llegar al actual, teniendo que modificarse el rio, ya que se “sembró” el lecho de grandes lascas y piedras para proteger el suelo y así, los laterales, quedando una zona sin árboles, ni plantas, habiendo cambiado  de manera definitiva.

Hace dos días baje y recorrí el  camino, llegando hasta el que llamábamos “charco de la bomba”, donde por  debajo de la caseta salía agua, para generar electricidad. Soledad absoluta, se oír el agua, al pasar por los ojos del puentecillo y pasar al riachuelo.

Llegue hasta el muro, a tocarlo, e impresiona mirar para arriba, y hacia el arroyo. La temperatura suave, el cielo con algunas nubes. Mis pensamientos revoloteaban, y se iban posando en otros tiempos, otras épocas, otras gentes. Regrese a Baños.

DMC


1 comentario:

Encarna dijo...

Recuerdos preciosos para ese lugar, yo también tengo los mios propios, los mejores, los más tiernos a esa primera edad, que por más que pase el tiempo nunca se olvida