REGRESO A TENERIFE. AEROPUERTO Y VUELO

Ayer salia de Baños en coche, antes de las diez de la mañana. Con frio en el exterior y con cuidado del cuentakilómetros, con las nuevas restricciones de la conducción a 110 kilómetros hora.

En esta  distancia para llegar a Madrid, si se nota la disminución, y creo que el ahorro es mínimo.

En la salida 17 de la carretera de Valencia, salida a Rivas Futura, donde dejo el coche; el Metro, sin contar salidas y llegada a la estación, cronometré el tiempo y fueron 55 minutos hasta la Terminal 4 de Barajas.

Esta terminal, aunque es grandisima y se tarda mucho en llegar a las puertas de embarque, me gusta. 

En este día me cambiaron la puerta y la salida desde la zona del Satélite, que hay que tomar un tren 8que va sin conductor) y cruza las pistas en menos de cinco minutos.

Me sorprende y no me canso de mirar a los techos. Me recuerdan ojos de insectos gigantes, esqueletos de bichos que ya desaparecieron.

En mi vuelo ibas unos disminuidos, en sillas de ruedas, que atendía un personal del aeropuerto, con un afecto, un cariño y un mimo, hasta subirlos al avión.

Estaba cansado y me quede adormilado, pero antes pude observar por la ventanilla, las urbanizaciones próximas, los cultivos, la sierra, un embalse, hasta que nos envolvió la niebla, y cuando me di cuenta estábamos ya sobre las nubes y me dormí.

Desperté pronto, ya estamos cerca de la costa y poco a poco se veia la franja de playa mas grande.

En el mar pude ver hasta seis o siete barcos, hacia el estrecho o saliendo de él y lo que causó sorpresa es que pude ver hasta dos aviones, a bastante distancia, dirección norte.

Me fascino la vista del Teide  y las  Cañadas todo nevado. Tenia al sol de cara, y la foto mas cercana, no se distingue la nieve, por su blancura.

Cada día es diferente y cada viaje, hay vivencias nuevas.

DMC

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