LUNES SANTO. LAS FLORES DE MI MADRE
Este año, con los fríos y la
falta de agua, la floración está retrasada o a destiempo.
El amor de mi madre a las plantas
y a las flores, es conocido, y ha sido siempre una de sus grandes ilusiones y
desvelos.
Sus plantas, sus macetas, simpe han
estado en un primer lugar. Ahora con sus
muchos años, se va cansando, pero sigue
con su gran amor a las plantas y a las flores.
Las mira, las cuida, le quita las
hojas secas, las trasplanta y cuenta y cuenta los nuevos brotes, los tallos.
En su ventana va cambiando las
macetas, según el tiempo para ponerla llena de flores. Ahora son amarillas, en
otra época geranios o las florecillas del trébol.
El azahar se retrasó, pero ya los
naranjos y limoneros se están cubriendo de esa nieve entre el verde negro de
las hojas.
El jazmín amarillo de flor doble
e intenso color.
Las clivias de color rosáceo, en
los grandes macetones, que ya por su peso no se pueden sacar a la terraza, para
ser admirados por todos.
Los jacintos que cubren el suelo
y salen entre las piedras con ese olor empalagoso y fuete.
Y el majoleto, que un día apareció
en el patio y que va cubriendo una de las paredes, con sus ramitos de florecillas
blancas, de una belleza que te embarga.
DMC
1 comentario:
Preciosas estas flores.Las que tienen la mancha amarilla mi madre las llama espadicas y echan un olor que no puedo esplicar tiene que ser maravilloso estar en el patio de tu madre.
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