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18 septiembre 2012

LOS AMANTES DE TERUEL



Vivían en el siglo XIII en Teruel dos familias nobles e influyentes: Seguras y Marcillas. Hija de la primera era Isabel; descendiente de la segunda, Diego (parce ser que su nombre era el de Juan, pero la literatura se lo cambió, pues Diego era mas conocido en el teatro. Ambos se amaron desde la adolescencia, pero los Marcillas eran muy pobres en caudales y tal enlace no parecía conveniente a los orgullosos Seguras, por lo que Diego solicitó y obtuvo plaza, para buscar fortuna en lejanas tierras. Transcurrieron los años y Diego conquistó en la guerra, la gloria y la fortuna soñadas; pero al pisar de nuevo Teruel, a las puertas de la ciudad, escuchó cómo las campanas todas de la villa repicaban a boda. Isabel, expirado ya el plazo convenido, contraía matrimonio con el rico y poderoso señor de Albarracín, don Pedro de Azagra.

"...El mismo día de la boda, Diego logra entrevistarse con Isabel. Al despedirse para siempre de ella, le pide un beso. Isabel está ya casada y se lo niega.

Diego no puede soportar la angustia y la tensión de aquella despedida y muere de dolor a los pies de ella..."
Al siguiente día se celebran en la iglesia de San Pedro los funerales de Diego. Isabel, vestida de boda, el rostro oculto entre sus velos, avanza por la nave central y se acerca para dar al cadáver de Diego el beso que le negó vivo. Isabel expira abrazada al cuerpo de Diego.

 El hecho impresionó de tal manera a la ciudad entera, que ésta decidió dar sepultura a los cuerpos de Diego e Isabel en la misma iglesia, donde aconteciera tan dramático suceso. Los cuerpos de los Amantes fueron hallados en el año 1555, con ocasión de obras realizadas en la iglesia. Se dice al menos que los restos encontrados son de aquella época.

Hay una historia macabra de los cadáveres expuestos, por lo que se inicio una colecta pública para erigir un mausoleo, y es cuando lo encargan a Ávalos. No hay presupuesto y el gran escultor, prácticamente lo regala a la ciudad de Teruel

Pero sin lugar a dudas, la imagen más representativa y conocida es la de las esculturas de alabastro, bajo las que reposan los restos de Isabel y Diego, inspirada obra del escultor Juan de Ávalos.


Su origen data de mediados de los años 50, durante una visita que el autor realizó a Teruel a instancias de sus amigos Clemente Pamplona y José Mª Belloch, decididos impulsores de la historia de los Amantes y autores de una obra de teatro sobre la misma que con gran éxito de público fue puesta en escena.

Juan de Ávalos comprendió enseguida toda la belleza y poesía del drama amoroso de Isabel y Diego y acertó de pleno al plasmarlo en las dos figuras que rematan el mausoleo sobre dos bellísimas cajas de celosía labrada en alabastro.

Las bellísimas y perfectamente labradas figuras de Isabel y Diego, reposan con sus cabezas ligeramente inclinadas una hacia la otra, y la mano de Isabel extendida hacia la de Diego sin apenas rozarla, gesto este que simboliza toda la poesía y la grandeza de su amor imposible.


El gesto de esas dos manos que no se rozan se ha convertido así en el símbolo universal del amor y es, sin lugar a dudas, la imagen que mejor define e identifica la universal historia.

Una historia de amor y unas imágenes bellísimas.

DMC
 (Texto entresacado de folletos e Internet. Fotografías del autor)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Bonitas fotos del mausoleo de los Amantes en Teruel.

Paco, turolense residente en Tenerife.