Vivían en el siglo XIII en Teruel
dos familias nobles e influyentes: Seguras y Marcillas. Hija de la primera era
Isabel; descendiente de la segunda, Diego (parce ser que su nombre era el de
Juan, pero la literatura se lo cambió, pues Diego era mas conocido en el teatro.
Ambos se amaron desde la adolescencia, pero los Marcillas eran muy pobres en
caudales y tal enlace no parecía conveniente a los orgullosos Seguras, por lo
que Diego solicitó y obtuvo plaza, para buscar fortuna en lejanas tierras.
Transcurrieron los años y Diego conquistó en la guerra, la gloria y la fortuna
soñadas; pero al pisar de nuevo Teruel, a las puertas de la ciudad, escuchó
cómo las campanas todas de la villa repicaban a boda. Isabel, expirado ya el
plazo convenido, contraía matrimonio con el rico y poderoso señor de
Albarracín, don Pedro de Azagra.
"...El mismo día de la boda, Diego logra entrevistarse
con Isabel. Al despedirse para siempre de ella, le pide un beso. Isabel está ya
casada y se lo niega.
Diego no puede soportar la angustia y la tensión de aquella
despedida y muere de dolor a los pies de ella..."
Al siguiente día se celebran en
la iglesia de San Pedro los funerales de Diego. Isabel, vestida de boda, el
rostro oculto entre sus velos, avanza por la nave central y se acerca para dar
al cadáver de Diego el beso que le negó vivo. Isabel expira abrazada al cuerpo
de Diego.
El hecho impresionó de tal manera a la ciudad
entera, que ésta decidió dar sepultura a los cuerpos de Diego e Isabel en la
misma iglesia, donde aconteciera tan dramático suceso. Los cuerpos de los
Amantes fueron hallados en el año 1555, con ocasión de obras realizadas en la
iglesia. Se dice al menos que los restos encontrados son de aquella época.
Hay una historia macabra de los cadáveres
expuestos, por lo que se inicio una colecta pública para erigir un mausoleo, y es
cuando lo encargan a Ávalos. No hay presupuesto y el gran escultor, prácticamente
lo regala a la ciudad de Teruel
Pero sin lugar a dudas, la imagen
más representativa y conocida es la de las esculturas de alabastro, bajo las
que reposan los restos de Isabel y Diego, inspirada obra del escultor Juan de
Ávalos.
Su origen data de mediados de los
años 50, durante una visita que el autor realizó a Teruel a instancias de sus
amigos Clemente Pamplona y José Mª Belloch, decididos impulsores de la historia
de los Amantes y autores de una obra de teatro sobre la misma que con gran
éxito de público fue puesta en escena.
Juan de Ávalos comprendió
enseguida toda la belleza y poesía del drama amoroso de Isabel y Diego y acertó
de pleno al plasmarlo en las dos figuras que rematan el mausoleo sobre dos
bellísimas cajas de celosía labrada en alabastro.
Las bellísimas y perfectamente
labradas figuras de Isabel y Diego, reposan con sus cabezas ligeramente
inclinadas una hacia la otra, y la mano de Isabel extendida hacia la de Diego
sin apenas rozarla, gesto este que simboliza toda la poesía y la grandeza de su
amor imposible.
El gesto de esas dos manos que no
se rozan se ha convertido así en el símbolo universal del amor y es, sin lugar
a dudas, la imagen que mejor define e identifica la universal historia.
Una historia de amor y unas imágenes
bellísimas.
DMC
1 comentario:
Bonitas fotos del mausoleo de los Amantes en Teruel.
Paco, turolense residente en Tenerife.
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