CINCO PRECIOSOS BELENES DE MATERIAL RECICLADO

EN LA RECOVA DE SANTA CRUZ DE TENERIFE

Uno se sorprende de las cosas que se pueden hacer con lo que ya no sirve o esta tirado, desechado. En este mundo en el que vivimos nosotros de la superabundancia, tenemos las casas llenas y  “botamos”, como se dice en Canarias por la influencia sudamericana, todo.

De pequeños, ante la escasez de muchísimas cosas, nos ingeniábamos y de una lata de sardinas, dos alambres y unas ruedas de goma de las suelas de los alpargates, hacíamos un coche maravilloso.; de las asas de los cubos, el aro y la gancha para corretear por el pueblo, y hacer ejercicio, de las tapas de las cervezas, nos servían para jugar, de las cajas de cerilla, jugábamos a “los santos”, las cajas, todo lo que llegaba a nuestras manos le dábamos utilidad.

He quedado sorprendido por los Belenes  que por tercer año consecutivo, presenta el Ayuntamiento en el Centro de Exposiciones la Recova, con la colaboración de la Facultad de Bellas Artes, profesores y alumnos.

Se han utilizado 200 kilos de ropa usada, 1.000 botellas de plástico, 300 briks, 200 planchas de cartón, 50 kilos de periódicos, corcho, material vegetal y diferente mobiliario.

Cartón, hojas de papel de periódico, madera, ropa usada, vegetales y todo tipo de residuos reutilizables son la base de estas originales creaciones, que  son dignos de verse y admirarse, por su originalidad, por los materiales empleados (todos reciclados),  por el gusto en el diseño, por el sentido artístico y religioso que encierran.

Me llamó la atención, la cortina en la que la Virgen se peinaba, según el Villancico popular, un gran trozo de red y un inmenso peine “entre cortina y cortina”.

El lago, con los patitos, los pastores con los rebaños, el Nacimiento como eje central de todos, con su mula y su buey, los Reyes Magos con sus enormes camellos; los mínimos detalles, que adquieren una importancia mayor al ver con los materiales que se han hecho.

Es una iniciativa, a seguir. Mi visita coincidía con varios colegios de niños pequeños, estaban asombrados, y al terminar las explicaciones de los guías de la exposición, aplaudían enloquecidos y felices.

No quería que este Belén quedara  sin que se reflejara, de manera humilde, pero con verdadero interés,  en mi blogs, para que se conociera. La exposición es digna de admiración.

DMC